jueves, 27 de octubre de 2011

Bateson, conocerlo para aprender a reconciliar dualidades

En la página 14 de su biografía "Gregory Bateson, el legado de un hombre de ciencia", publicado por F.C.E. en 1991, David Lipset escribe: "En épocas recientes, en Estados Unidos se ha encomiado a Bateson por su interés en los problemas morales y ecológicos. Con todo, ésta no es la biografía de alguien que ya encontró un nicho adecuado o de alguien que encaja perfectamente en el contexto de la vida social y profesional. Se trata más bien de la vida de un hombre doblemente anacrónico que, simultáneamente, se adelantó a su época y se quedó atrás de ella. Para principiar a comprenderlo debemos tener presente a la Inglaterra de 1860 a 1900, cuando una sociedad eclesiástica se sintió presionada por la aparición de conocimientos modernos, de posiciones sociales, del papel que desempeñan uno y otro sexo, de diferentes relaciones familiares, de nuevos conceptos sobre la educación. El pensamiento de esa época estuvo marcado por abundante polarización de alto voltaje: espiritualismo-evolucionismo, idealismo-materialismo, clasicismo-modernismo. Muchos de los partidarios de estas tendencias no estuvieron dispuestos a aceptar componendas. Como es bien sabido, hubo rígida oposición entre clérigos y hombres de ciencia, y dolorosa tensión entre padres e hijos. Sin embargo, hubo unos cuantos rebeldes que se sintieron obligados a reconciliar dualidades, por lo cual se distanciaron más y más de la época en que vivían."

2 comentarios:

  1. He publicado éstas líneas de Lipset sobre Bateson pues me parece que hoy es más urgente que nunca aprender a reconciliar dualidades de alto voltaje tanto en España como en Uruguay.

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  2. La dualidad es inherente a la propia vida, a la propia naturaleza humana.
    No es la dualidad lo que nos separa de la realidad o a unos de otros, sino el querer racionalizarlo todo hasta límites insostenibles.

    Un abrazo.
    Pablo.

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