De este excelente e impresionante artículo quiero destacar las siguientes líneas:
"Hay en Mogadiscio una tremenda banalización de la violencia. Generaciones enteras de jóvenes han crecido y se han hecho mayores con un Kaláshnikov como juguete. Para ellos, términos como justicia o estado de derecho son conceptos abstractos. Viven en un estado de guerra permanente de todos contra todos... Y es en la vieja catedral de Mogadiscio donde se pueden percibir todas esas malas vibraciones de este nuevo barbarismo. La que en su día fue una de las joyas arquitectónicas de la ciudad es hoy una escombrera llena de cascotes y excrementos. Aquí fue asesinado de un tiro en la cabeza, en el mismo claustro, el obispo de Mogadiscio, el italiano Salvatore Colombo. Durante los años del caos, su cuerpo fue desenterrado y profanado para robarle los empastes de oro. No queda ni una sola estatua o figura en el vía crucis. El retablo ha sido fusilado a conciencia, hasta que la figura de Cristo quedó destrozada."